martes, 8 de diciembre de 2009

Mi nueva ciudad

Vi como el tren se alejaba, como el tren cargado de basura se perdía después del túnel de La Advertencia, yo me acaba de bajar pero ellas quedaron allí.


¿Llegué a mi destino? No lo sé, pero aquí es donde viviré al menos por un tiempo.


Las calles de acá no son rectas, son curvas. Las aceras no son de cemento, son de acero. Es más duro el golpe si caes, pero nunca habrá que repararlas.


Viven personas que nunca había conversado, que solo dejan ver media cara. Personas que cubran una de sus mitades con un velo, fácil de quitar pero que todavía no tengo la confianza para hacerlo.


Y suena una melodía que me recuerda la ciudad anterior, aquella de color morado de donde me echaron, pero de todos modos ya me preguntaba que hacia allí, ya no me dejaba nada. Esa ciudad había crecido, de mala manera y ahora solo quedaban rumores y chismes en ese lugar.


Aún tengo recuerdos de ese lugar, un balón de futbol, una camiseta amarilla y azul, un periódico y una agenda.

Pero también deje muchas cosas, un cubo negro, una bufanda, una foto de mi familia y mi perro pitbull.


No sé quien viene conmigo, espero que al menos la de los tenis negros, se que allí ya me esperan el de chaleco gris y la de vestido negro.


El sonido del tren de las tres, todavía en mis oídos me hace preguntarme, quizás si hubiera tomado el tren de la una, quizás podría volver.


Pero respiro y soy feliz, se que acá encontrare otro cuarto, quizás hasta más grande, y quien sabe después, si todo sale bien, pueda comprar una casa.

1 comentario:

  1. Pero despues de un tiempo en esa nueva ciudad, la gente aprende a no caerse, porque les duele mas, y por eso es que cubren la mitad de su cara con un velo, porque la otra mitad ha sido destrozada por alguna caída en el acero

    ResponderEliminar