sábado, 30 de mayo de 2009

Eras

Tú eras mi luz

Tú eras mi vida

Tú eras mi medicina

Tú eras mi cielo azul


Pero te volviste el humo de mi cigarro

Te volviste el más veloz carro

Te volviste el tiempo indetenible

Te volviste la muerte infalible


Ahora somos el sol y la luna,

somos como la nieve y la arena.

Ahora tú eres solo tú,

y nosotros ya no somos nosotros.


Eres tan inalcanzable como el sol,

eres como un dios romano

Eres el centro de la tierra

desde que te me fuiste de la mano


Ahora somos el sol y la luna,

somos como la nieve y la arena.

Pero tú nunca serás solo tú.

y para mí siempre seremos nosotros.

sábado, 23 de mayo de 2009

Quizás sería...

No sé porque ella lo hizo, en eso momento era solo ella porque ni siquiera conocía su nombre, ella hizo algo que muchos de mis amigos no hubieran hecho por mí, ella hizo algo que siempre recordaré porque era un momento en el que me sentía inútil, era un momento en que esa simple acción me hizo creer que ella era la mujer con la que quería pasar toda mi vida.

Y es que si hizo eso por mí sin aún conocerme, que haría por mi si me conociera, que haría por mí si estuviéramos enamorados. Y es que siempre había pensado que yo era él que debía ayudar, él que debía proteger y animar, pero ella cambio esa percepción, ella me hizo sentir aun más inútil pero no me importaba al lado de ella podría ser inútil toda la vida, tan sólo si fuera al lado de ella.

Desde ese momento ella no era una mujer era la mujer, es la mujer que me hizo sentir que la amaba con solo un momento. No se confundan, no fue amor a primera vista fue amor al primer acto porque, si la hubiera visto solamente quizás no le hubiera prestado tanta atención ya que su figura no es la más voluptuosa ni tiene el cabello de una modelo de alta costura. Posiblemente si solo la hubiera visto sería una de esas figuras que solo pasan a tu izquierda o derecha sin que siquiera las notes pero la belleza de su acción me hará recordarla por siempre, me hará pensar que mi vida seria perfecta por toda la eternidad al lado de ella.

Pero lo increíble es que me he dado cuenta que prefiero tenerla detras un vidrio, prefiero seguir buscando hasta encontrar a alguien que iguale su belleza, sé que si estuviera con ella sería el ser más feliz pero prefiero seguir siendo infeliz, prefiero seguir sufriendo y dejarla como parte de ese ideal de utopía que tengo desde mi infancia.

Sé que la amo, quizás de una manera diferente, pero la amo y a pesar que muchos puedan contradecirme y decir que eso no es amor, yo la seguiré amando detrás de aquel vidrio porque sé que mi corazón nunca olvidara esos ojos verdes que me miraron fijamente en aquel ascensor….

jueves, 21 de mayo de 2009

Mi primer carrito...

Aún recuerdo mi primer carrito, era de color rojo, de frio metal y con un pequeño hombrecillo que me miraba desde dentro del pequeño vehículo. Ese fue el primero de muchos otros carritos, luego vinieron pistas y carros a control remoto. De carritos, balones de futbol y libros crecí rodeado, quizás por eso soy quien soy.

Quizás por esto soy un poco el típico “mae” que habla de deportes todo el día, que habla de mujeres o “doñas” con sus amigos. Muchos me critican dicen que si solo me gusta ver 22 hombres seguir un balón blanco todo el día, pero detrás de esto está todo mi ser, lo que me hace feliz, lo que me hace sentir una pasión increíble desde la primera vez que mi padre me llevo al estadio. Solo porque a nosotros los maes nos guste ver ESPN desde que nos levantamos, o que nos quedemos viendo si pasa Miss Pretil frente a nosotros, no quiere decir que no tengamos sentimientos, que detrás de todo eso que nos gusta hacer no existan pensamientos encontrados y que a veces tengamos conflictos internos, los cuales, en muchas ocasiones, una mejenga nos ayude a olvidarlos.

Esos tres objetos que no faltan en mi cuarto pintado de azul, siempre serán parte de mí, ahora representan mis aspiraciones y mis sueños, que no porque sean diferentes, y según muchos, superficiales, quiere decir que son menos impactantes, o que no pueda lograr en ellos la misma impresión que causa una escena romántica o la liberación de un deseo reprimido.